martes, 9 de agosto de 2011

Primera Guerra Mundial 1914-1918

La Primera Guerra Mundial fue un conflicto armado a escala mundial desarrollado entre 1914 y 1918. Originado en Europa, se transformó en el primero en cubrir más de la mitad del planeta. Fue entonces el primer conflicto más sangriento de la historia. Antes de la Segunda Guerra Mundial, esta guerra solía llamarse la Gran Guerra o la Guerra de Guerras.


Desarrollo

La guerra comenzó como un enfrentamiento entre el Imperio Austro húngaro y Serbia, pero Rusia se unió al conflicto, pues se consideraba protectora de todos los países eslávicos. Tras la declaración de guerra austro húngara a Rusia el 1 de agosto de 1914, el conflicto se transformó en un enfrentamiento militar a escala europea. Finalmente se incrementaron las hostilidades hasta convertirse en una guerra mundial en la que participaron 32 países, 28 de ellos denominados «Aliados», y entre los que se encontraban Francia, los Imperios Británico y Ruso, Canadá, Estados Unidos, así como Italia que había abandonado la Triple Alianza. Este grupo se enfrentó a la coalición de las «Potencias Centrales», integrada por los Imperios Austro húngaro, Alemán y Otomano, acompañados por Bulgaria.


Detonante del conflicto

El evento detonante fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero del trono del Imperio Austro húngaro, y su esposa, Sofía Chotek, en Sarajevo el 28 de junio de 1914 a manos del joven estudiante nacionalista serbio Gavrilo Princip.

El Imperio Austro-húngaro exigió, con el apoyo del Imperio alemán, poder investigar en territorio serbio, ya que consideraba que la organización paneslavista Mano Negra tenía conexión con los servicios secretos de este país. El Imperio Austro húngaro dio un ultimátum el 28 de julio a Serbia, que no aceptó todas las condiciones impuestas, lo que hubiera significado perder toda su soberanía. El ataque austro húngaro activó las disposiciones previstas por el sistema de alianzas: el 30 de julio, Rusia declaró la guerra al Imperio Austro húngaro para ayudar a los serbios, el Imperio alemán a su vez declaró la guerra a Rusia el 1 de agosto, después a Francia el día 3 del mismo mes. El 4 de agosto el ejército alemán inició la invasión de Francia violando el territorio belga (neutral), lo que entrañó la declaración de guerra al Imperio alemán por parte del Imperio Británico, que era garante de la soberanía belga. El sistema de alianzas generalizó posteriormente el conflicto, es decir, que un hecho aislado desencadenó la ruptura del equilibrio inestable que se había mantenido por años a partir de aquel sistema de alianzas militares defensivas.




Éste fue el inicio de la guerra. Entre los grandes países europeos sólo España, Noruega y Suecia (e Italia provisionalmente) permanecían neutrales. Los dos campos estaban equilibrados: las Potencias Centrales y los Aliados poseían un número semejante de soldados. Los alemanes tenían una ventaja desde el punto de vista de la artillería pesada, pero eso se vio compensado por la supremacía de los británicos en el mar.




 Guerra de trincheras




 Tras estas diferentes estrategias tan ambiciosas, el equilibrio de fuerzas y la presencia de un ejército llamado mitrailleuse facilitó enormemente la defensa frente al ataque e impuso una estabilización del frente. Los soldados de trinchera colocaron kilómetros de alambradas y minas. Un asalto presentaba tal desventaja frente al adversario que ninguno de los dos bandos se decidió a lanzar una ofensiva de envergadura.

Al comienzo de la guerra los dos bandos trataron de obtener una victoria rápida mediante ofensivas fulminantes. Los franceses agruparon sus tropas en la frontera franco-alemana, entre Nancy y Belfort, divididas en cinco ejércitos. Previendo un ataque frontal en Lorena, organizaron el Plan XVII. Por el contrario, los alemanes tenían un plan mucho más ambicioso. Contaban con la rapidez de un movimiento de contorno por Bélgica para sorprender a las tropas francesas y marchar hacia el este de París (Plan Schlieffen de 1905) y luego enfrentarse a las fuerzas francesas en Jura y Suiza. Lanzaron cerca de 2/7 de sus tropas sobre la frontera para resistir el ataque frontal y prepararon 5/7 a marchas forzadas.

El comienzo del plan transcurrió perfectamente para los alemanes y derrotaron al ejército francés en la batalla de Charleroi (21 de agosto). Los franceses lanzaron simultáneamente el Plan XVII, pero resultó una catástrofe debido a un repliegue prematuro de las tropas hacia sus líneas. Por el contrario, los alemanes progresaron siempre y encontraron la guarnición de París y las tropas de reserva en la Primera Batalla del Marne que marcó el abandono definitivo de los planes anteriores a la guerra.

Guerra de movimiento

En 1914, los europeos pensaban que la guerra sería corta. Pero los generales, que habían estudiado las guerras Napoleónicas, estaban equivocados en su enfoque inicial del enfrentamiento. Siguiendo la enorme eficacia de las armas debido a la Revolución industrial, las fortificaciones fueron endurecidas, pero la doctrina de infantería no se tomó en cuenta.

 


A finales de 1915, el archiduque Falkenhayn propuso su proyecto al Emperador: atacar Verdún, plaza fuerte e impenetrable según la publicidad francesa, pero que estaba en posición delicada por no poseer un camino o una vía férrea para su reavituallamiento. Él esperaba que su caída debilitaría la moral de los soldados franceses. El 21 de febrero de 1916, el ataque propiamente dicho se inició: la artillería vigilaba las posiciones francesas. Los alemanes avanzaron poco, pero las pérdidas de la parte francesa fueron enormes. El 25 de febrero, el general Langle de Cary decidió abandonar, lo que era lo más razonable desde un punto de vista estratégico. Pero el mando francés pensaba que no podrían permitirse perder Verdún y nombró en su lugar a Philippe Pétain, quien organizó una serie de violentos contraataques. Los alemanes transformaron esta batalla de frente reducido en una vasta guerra. El 1 de julio, los ingleses desataron una batalla paralela a Verdún, en la Batalla del Somme, a fin de dividir las tropas alemanas y reducir la presión sobre Francia. Los alemanes retrocedieron el 15 de diciembre, perdiendo 5 km de territorios, que recuperaron rápidamente.


Consecuencias

Se calcula que la guerra produjo aproximadamente ocho millones de muertos y seis millones de inválidos. Francia fue el país más afectado, proporcionalmente: 1,4 millones de muertos y desaparecidos, equivalentes a un 10% de la población activa masculina, acompañado por un déficit de nacimientos. El estancamiento demográfico francés se prolongó, con un envejecimiento de la población que sólo logró crecer con la inmigración. Ésta última participó en la reconstrucción de un país donde el norte estaba en ruinas: casas, puentes, vías férreas, fábricas, etc.

En el plano político, cuatro imperios autoritarios se derrumbaron, lo que transformó profundamente el mapa de Europa, rediseñado por el tratado de paz de 1919: el Imperio del zar (transformado en Rusia comunista), el Imperio Otomano se redujo a Turquía, el Imperio Austro húngaro fue desmantelado, con el nacimiento de las minúsculas Austria y Hungría, de una Checoslovaquia y una Yugoslavia independientes, el fin del Imperio alemán, que disminuyó en el plano territorial.

Nuevo equilibrio político mundial. La guerra se conoció en África, donde los franco-británicos se apropiaron de colonias alemanas, y en el extremo oriente, donde Japón hizo lo propio con las Islas Marianas y Qingdao. Las colonias suministraron víveres, materias primas y soldados. Tras la guerra los pueblos coloniales no creyeron más en lo que se les había inculcado sobre la superioridad natural de la metrópoli y reclamaron una mejora de su situación. A este primer declinamiento de la influencia de Europa en las colonias, se sumó la expansión de Estados Unidos, el mayor beneficiado de la guerra junto a Japón, y cuyas capitales se colocaron al lado de París y Londres en la escena internacional.

Transformación social. Las diferencias sociales se acentuaron con el enriquecimiento de los mercaderes de armas y el empobrecimiento de los pequeños ahorradores, los retirados y los asalariados afectados por la inflación. Las mujeres adquirieron un nuevo lugar en la sociedad, y se volvieron indispensables durante toda la guerra, en el campo, las fábricas, las oficinas, las escuelas (para compensar la marcha de numerosos profesores). El feminismo progresaba, el derecho a voto fue acordado en Gran Bretaña, Alemania, Estados Unidos y Rusia, pero no en Francia.

Consecuencias tecnológicas. La contienda generó un intenso desarrollo de los instrumentos y técnicas de guerra: fusiles de repetición, ametralladoras, gases venenosos dando origen a la guerra biológica y química, hubo tanques, dirigibles y aviones, también se practicaron los bombardeos a las ciudades. La artillería multiplicó los calibres, aumentó el alcance y mejoró los métodos de corrección. El transporte motorizado se generalizó.

Consecuencias políticas en Alemania. Los cinco tratados tras la guerra, principalmente el creado en Versalles, ocasionaron un ambiente de opresión hacia los vencidos. La nueva Alemania republicana sufrió las consecuencias del Imperio Alemán y su economía fue explotada por los vencedores. Así surgieron tesis tanto izquierdistas como derechistas para acabar con esta situación. Los golpes contra el sistema comenzaron cuando, en 1921, milicias comunistas se levantaron en Múnich. La revuelta fue sofocada. Adolf Hitler culpaba a los marxistas alemanes de la rendición alemana, alegando como pruebas la constitución progresista de Weimar y el armisticio a continuación. Cuando Hitler aun seguía en las trincheras, los militares alemanes convencían a la población civil de que la guerra podía ser ganada, mientras que confesaban a los políticos que la rendición era obligatoria. Pero Hitler sostuvo esta tesis en el Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores y, con ella, dirigió el denominado Putsch de Múnich de 1923 contra la sede del gobierno. El golpe militar fue aplastado y Hitler recluido en prisión durante nueve meses. Sin embargo en enero de 1933 Hitler fue nombrado canciller por el presidente Paul von Hindenburg y el 14 de octubre de 1933 triunfó en las elecciones, por lo que llegó al parlamento alemán.



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